29/04/2011.
Recientemente el candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano, ofreció unas declaraciones que han alborotado a sectores corruptos al extremo de provocar comentarios diversos y satanizarlo por haberse desintonizado de los sectores corruptos del país y el poder.
Parecería que el ingeniero agrónomo y candidato presidencial, Hipólito Méjia, se acercó a un cormenal y ofendió a la reina de ese enjambre, ó fue a una cueva de ladrones y gritó, “hay que acabar con los ladrones”, y eso es provocación que nadie puede aceptar, entiéndase, ladrones y abejas.
Esas declaraciones aunque en sintonía con las pretensiones del pueblo que entiende que los que se han robado, los dineros del pueblo deben ir a las cárceles para rendir cuenta por sus acciones.
Y es comprensible, que sea de ese modo porque hasta nuestras leyes lo establecen de ese modo, aunque, yo agrego, llevar los ladrones a los tribunales, lograr condenas por sus acciones dolosas, para los fines legales es correcto, pero algo no anda bien si no se le incautan los bienes sustraídos al pueblo.
Hipólito, con la sinceridad que lo caracteriza, se despojó de la personalidad de los políticos y se hizo eco del deseo del pueblo llano sobre la suerte que deben correr los corruptos, ladrones que nos han sustraído el dinero que debe ser invertido en salud, educación y ordenamiento.
Así de simple, pero en materia del juego de los roles que debe jugar cada institución, el emitió o exteriorizó lo que debió ser una acción judicial, emitida por un ministerio publico serio, es decir se metió donde no debió, aunque si se busca la reacción del pueblo, veremos que está sintonizado con el candidato en ese sentido.
Pero hay que observar que el político que aspira a un cargo electivo debe dejar la sinceridad, que debe adornar aun ser humano, a un ciudadano, corriendo el riesgo de que si no se hace mentiroso, no seria elegido, porque la sociedad política debe dejar de ser honesta y decir, solo lo que es del agrado de un clan.
Pero, ¿quines son los dueños de ese clan de la mentira y el engaño¿ pues son nuestros políticos que quieren que se les respete su acción delictiva, y su deshonestidad sea guardada.
Lo aconsejable es que los que hasta ahora han estado moldeando las actuaciones del candidato, Hipólito Méjia, no lo descuiden y lo aconsejen a que observe que primero debe llegar al poder y designar al personal que pueda hacer lo que el pueblo quiere, que es que los corruptos y ladrones vallan a las cárceles y que se entienda que aunque se alboroten las abejas y se ofendan los ladrones, no se debe renunciar a las aspiraciones del pueblo que es que se encarcele a los ladrones de los dineros del pueblo.
POR ALEJANDRO SANTANA.
Recientemente el candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano, ofreció unas declaraciones que han alborotado a sectores corruptos al extremo de provocar comentarios diversos y satanizarlo por haberse desintonizado de los sectores corruptos del país y el poder.
Parecería que el ingeniero agrónomo y candidato presidencial, Hipólito Méjia, se acercó a un cormenal y ofendió a la reina de ese enjambre, ó fue a una cueva de ladrones y gritó, “hay que acabar con los ladrones”, y eso es provocación que nadie puede aceptar, entiéndase, ladrones y abejas.
Esas declaraciones aunque en sintonía con las pretensiones del pueblo que entiende que los que se han robado, los dineros del pueblo deben ir a las cárceles para rendir cuenta por sus acciones.
Y es comprensible, que sea de ese modo porque hasta nuestras leyes lo establecen de ese modo, aunque, yo agrego, llevar los ladrones a los tribunales, lograr condenas por sus acciones dolosas, para los fines legales es correcto, pero algo no anda bien si no se le incautan los bienes sustraídos al pueblo.
Hipólito, con la sinceridad que lo caracteriza, se despojó de la personalidad de los políticos y se hizo eco del deseo del pueblo llano sobre la suerte que deben correr los corruptos, ladrones que nos han sustraído el dinero que debe ser invertido en salud, educación y ordenamiento.
Así de simple, pero en materia del juego de los roles que debe jugar cada institución, el emitió o exteriorizó lo que debió ser una acción judicial, emitida por un ministerio publico serio, es decir se metió donde no debió, aunque si se busca la reacción del pueblo, veremos que está sintonizado con el candidato en ese sentido.
Pero hay que observar que el político que aspira a un cargo electivo debe dejar la sinceridad, que debe adornar aun ser humano, a un ciudadano, corriendo el riesgo de que si no se hace mentiroso, no seria elegido, porque la sociedad política debe dejar de ser honesta y decir, solo lo que es del agrado de un clan.
Pero, ¿quines son los dueños de ese clan de la mentira y el engaño¿ pues son nuestros políticos que quieren que se les respete su acción delictiva, y su deshonestidad sea guardada.
Lo aconsejable es que los que hasta ahora han estado moldeando las actuaciones del candidato, Hipólito Méjia, no lo descuiden y lo aconsejen a que observe que primero debe llegar al poder y designar al personal que pueda hacer lo que el pueblo quiere, que es que los corruptos y ladrones vallan a las cárceles y que se entienda que aunque se alboroten las abejas y se ofendan los ladrones, no se debe renunciar a las aspiraciones del pueblo que es que se encarcele a los ladrones de los dineros del pueblo.
POR ALEJANDRO SANTANA.
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