9:41 a. m.
Valerio Mateo Rosario
17/08/2010.
9;40 AM.
NUEVA YORK._ Después del suicidio del asesino de la masajista erótica dominicana Julissa Brisman, quien se mató en su celda de una cárcel del condado Suffolk en Boston el domingo en la mañana, la familia y el abogado de la víctima, dijeron que buscarán justicia “por otras vías”. Los familiares, están pidiendo a los federales investigar una tienda en New Hampshire donde el asesino – Phillip Markoff – compró el arma con la que ultimó a la joven masajista de 26 años de edad en un motel de la cadena Marriot.
El matador, era estudiante en la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston y contactó a la dominicana a través del sitio Craigslist en el que ella ofrecía servicios eróticos de masaje. La llevó desde Nueva York al motel donde la ejecutó.
Las autoridades que acusaron al suicida del crimen, dijeron que tenía adicción al juego de póker y que para mantener el vicio atracaba mujeres.
Fuentes de la investigación sobre la muerte de Markoff indican que su cadáver fue hallado con varias heridas y una bolsa plástica cubriéndole el rostro. Otra mujer que había conocido en el mismo sitio, fue también asaltada por el acusado.
Una investigación independiente sobre la muerte del estudiante, fue solicitada ayer por funcionarios y el Consejero de Seguridad Pública Stephen J. Murphy dijo que debido al descuido en la custodia de Markoff por parte de oficiales de la Oficina del Sheriff, la familia de la dominicana, nunca verá justicia.
El fiscal del condado dijo que Markoff estaba solo en su celda y que todas las pruebas indican que se suicidó. Pero el abogado de la familia, Djuna Perkins, sostuvo que la fiscalía debe realizar una pesquisa independiente.
“El juicio al que se enfrentaría Markoff este año, era la única esperanza de la familia conseguir justicia”, agregó el jurista. El juicio estaba fechado para marzo del 201.
El abogado defensor del estudiante suicida, John Slasberg dijo que la muerte del acusado es muy triste e impactante. La familia de la víctima se mostró conmocionada y consternada por el suicidio, diciendo que aún no han perdido la esperanza de que se haga justicia.
Héctor Brisman, un dominicano inmigrante en Nueva York y padre de la joven masajista erótica, no fue localizado para una reacción directa.
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