04/05/2011.
8:40 PM.
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Osama era un líder carismático y respetado; el alma de la organización terrorista y, por consiguiente, el hombre de confianza de los financiadores particulares. Con su desaparición Al Qaeda tendrá más difícil la tarea de reorganizarse, reclutar militantes y recaudar fondos para sus actividades.
Eso no significa que la Yihad vaya a desaparecer, sino que la organización tendrá que hacer un esfuerzo especial por mejorar su capacidad para captar fondos. Osama Bin Laden, dada su carismática personalidad, recibía gran cantidad de financiación proveniente de sus contactos personales. Los nuevos dirigentes deberán ganarse la confianza y el respaldo de las empresas, magnates particulares, ONG islámicas y países del golfo Pérsico, principales fuentes de financiamiento de Al-Qaeda.
A la espera de recibir las cantidades importantes, Al Qaeda continuará manteniendo su otra fuente de ingresos para la Yihad, basada en actividades criminales: robos, fraude de tarjetas de crédito y narcotráfico, además de secuestros de occidentales.
Se sabe que antes del 11-S de 2001 Al-Qaeda gastaba 30 millones de dólares anuales en sus actividades. Tras los ataques en Londres del 2005 la organización no ha conseguido ejecutar con éxito ningún otro atentado. Los expertos dicen que las arcas están vacías, lo que no significa que la organización esté indefensa, sino que tan pronto como puedan reorganizar su sistema de financiación, volveremos a saber de ellos; al menos para vengar la muerte de Osama Bin Laden, tal y como el líder notificó en su testamento. No hay que olvidar, tal y como explica la BBC que "No tienen capacidad. Si pudieran, lo habrían hecho".
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