9:50 AM.
SAN JUAN-LAS MATAS.- Los narcotraficantes que se inclinan por los peligros tumbes siempre han cometido sus fechorías mezclando las drogas con sustancias de otro género, generalmente cocaína con altas proporciones de harina, cal, azúcar de leche o talco.
Los tumbes se producen durante las transacciones de compra y venta de drogas, ocasiones en la que una de las partes es sorprendida en forma violenta a punta de pistola o revólver, lo que termina en hechos sangrientos y en lo que alguno de estos se alza con el dinero y mercancía. Es el caso, por ejemplo, de un jovencito de 18 años detenido aquí, con la diferencia de que en vez de “cocaína cortada” el muchacho ligaba marihuana con tabaco de andullo para engañar a sus clientes. Jairo Alexander de la Cruz González tenía en su poder una gran cantidad de marihuana y de tabaco.
El arresto se produjo a media en la calle General Pedro Santana, del sector Villa Esperanza, cuando el muchacho se dirigía en una motocicleta al lugar donde tiene sus clientes, probablemente en colmadones y cafetines, espacios usados por jóvenes y adolescentes para ingerir bebidas alcohólicas.
Miembros de la Sección de la DNCD en esta ciudad habían recibido la información de que esa persona se dedicaba a la venta de estupefacientes y que en ocasiones alteraba la droga para estafar a los consumidores. Su arresto probablemente evitó que este joven se metiera en problemas con algún “fumador de yerba”.
Se han recibido reportes en algunas oportunidades de que determinados sujetos, arrebatados por el consumo de narcóticos, reaccionan en forma violenta cuando se sienten timados, pero la cosa es aún mayor cuando ser trata de tumbes de mayor envergadura, terminando esto en acciones de vicariato.
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