26 dic 2012

“La Reina de Najayo” Sobeida Félix Morel

26/12/2012.   
11:30 pm.  

San Cristóbal.- Periodistas de diferentes medios de comunicación esperaban hoy fuera del Palacio de Justicia de San Cristóbal la llegada de Sobeida Félix Morel, condenada por pertenecer a la red de lavado de activos que dirigía el narcotraficante puertorriqueño José David Figueroa Agosto.

Pasadas las 9:40 de la mañana llegó la más esperada, con todo un aparataje, escoltada por un contingente de agentes encapuchados portando armas largas.

Dos vehículos custodiaban la camioneta gris de la Procuraduría General de la República que transportaba a “La Reina de Najayo”, como se comentaba en los alrededores.

Desmontaron a Sobeida por el lateral izquierdo del Palacio de Justicia. La señora, que lucía un pantalón negro y una camisa con estampados circulares, muy a la moda por cierto, salió del vehículo segura de sí misma y con una sonrisa imponente, de inmediato la seguridad subió con ella las escaleras para llevarla a la sala de audiencias.

Con las manos esposadas, Félix Morel caminaba por el pasillo, mientras curiosos observaban y repetían en voz baja: “La Reina de Najayo”.

Antes de dar inicio al conocimiento de la solicitud, a los periodistas se les impidió la entrada a la sala, a pesar de ser un juicio público, pero al final José Ignacio Medrano, juez de Ejecución de la Pena, autorizó la entrada a los comunicadores.

A las 10 de la mañana, en el interior de la sala, luego del ingreso de los reporteros, el ambiente era tenso, los agentes impregnaban pánico, la puerta cerrada y un calor asfixiante, pero Sobeida mostraba su mejor cara, señorial, majestuosa y con aires de superioridad.

Quince minutos más tarde, el conocimiento de la solicitud de libertad condicional fue reenviado para el próximo cuatro de enero.

La decisión fue adoptada luego de que el abogado de Sobeida, Félix Portes, solicitara al juez un plazo para que el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, evalúe de manera detenida el acuerdo, con todos sus documentos y pondere su posición.

Finalmente, a Sobeida le pusieron su casco protector, como si fuere la corona de la reina, y bien escoltada bajó las escalinatas, desde donde la regresaron al “palacio” de la cárcel de Najayo.

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