Por: Nurys Estela Segura Nin
El Departamento de Orientación en los centros docentes, tiene por misión desarrollar una labor de apoyo a las actuaciones que en él se realicen, tales como: planificación, desarrollo de actividades, atención a la diversidad, colaboración con los maestros, personal docente, directores, etc., a fin de contribuir al logro de una educación de calidad.
La Orientación es competencia de todo el profesorado, debido a su función formadora. Esta está integrada en el currículo, formando parte importante en el proceso de enseñanza-aprendizaje, para contribuir al logro de una buena educación. Esta parte se refleja en aportes, asesoramiento, apoyo técnico y en aspectos más personalizados, lo que hace posible la atención a la diversidad de actividades, intereses y motivaciones de los alumnos.
El trabajo de Orientación en los centros está constituido por las funciones y tareas que debemos desarrollar cada día con los diferentes actores del proceso educativo, pero especialmente con los alumnos y alumnas.
Aunque las tareas y funciones del Orientador Educativo son diversas, la mayor fortaleza está en el respeto y la consideración entre éste y los padres y tutores, donde todas las aportaciones son tomadas en consideración, sin rechazar ninguna opinión.
Las actitudes y cualidades del Orientador se manifiesta en la forma en que maneja las situaciones que surgen dentro del aula y fuera de ésa con los estudiantes; la sensibilidad para ponerse en contacto con ellos; la autenticidad en los servicios que ofrece, la aceptación y la actitud de comprensión de esas situaciones, lo que hace mas agradable la relación orientador-orientado.
La forma que adopta el orientador sirve para ayudar a definir y dirimir situaciones por las que a menudo pasa el orientado. Por esta razón el orientador debe estar atento a cada circunstancia que pasa para que la solución se corresponda con lo que el orientado espera y las expectativas que se creó del mismo.
En el transcurrir de la historia, la orientación ha buscado satisfacer las necesidades de ayuda que tengan los alumnos, lo que exige al orientador una buena preparación para responder a las necesidades que surjan en la sociedad actual, y así poder contribuir a mejorar la calidad en el sistema educativo, prestando mayor atención a los aspectos preventivos.
Un buen orientador siempre está atento a todo lo que pasa a su alrededor, para contribuir con la prevención y ayudar en la solución. Es su compromiso.
La autora es: Orientadora y Profesora de Orientación en UASD-San Juan de la Maguana, con Maestría en Orientación Educativa e Intervención Psicopedagógica.
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