Washington.- Estados Unidos dijo ayer martes que no está en condiciones de aceptar el triunfo de Nicolás Maduro y calificó de “difícil de explicar” la decisión de proclamar ganador al candidato oficialista tras los comicios presidenciales del domingo sin haber realizado un reconteo total de los votos como solicitó el aspirante opositor Henrique Capriles.
Patrick Ventrell, portavoz del Departamento de Estado, dijo en conferencia de prensa que Estados Unidos “está preparado para trabajar con cualquier gobierno que resulte de este proceso electoral. Pero ante lo ocurrido ayer, estamos consultando con socios claves, la OEA (Organización de los Estados Americanos), la Unión Europea y otros vecinos regionales para analizar esto”.
Las autoridades electorales anunciaron la victoria de Maduro, el heredero elegido por Hugo Chávez, por 235,000 votos o 1.59 puntos porcentuales, por lo que su contrincante opositor Capriles condicionó reconocer el resultado a un recuento total de los votos.
El Consejo Nacional Electoral proclamó el lunes a Maduro triunfador de la elección, un trámite legal en el que el ganador recibe un diploma.
“La OEA, la Unión Europea han expresado opiniones diferentes, y también hay acusaciones de irregularidades electorales expresadas por la oposición, así que la decisión del CNE (Consejo Nacional Electoral) de declarar ganador a Maduro antes de completar el reconteo es difícil de entender, y ellos no explicaron su prisa para tomar esa decisión”, dijo Ventrell.
Washington es una de las pocas capitales que aún no ha emitido un mensaje de felicitación a Maduro.
La procuradora general venezolana informó el martes que siete personas murieron y 62 resultaron heridas durante las protestas callejeras ocurridas tras las elecciones del domingo. Maduro anunció que no permitirá marchar el miércoles a la oposición en Caracas.
Ventrell comentó que “debe permitírsele a las personas protestar pacíficamente y expresar sus opiniones, pero no hay lugar para la violencia”.
El Gobierno de Estados Unidos rechazó tajantemente las acusaciones del presidente electo de Venezuela, Nicolás Maduro, de que Estados Unidos busca desestabilizar a su Gobierno o causar daños en ese país.
“Continuamos rechazando completamente la acusación del Gobierno venezolano de que Estados Unidos está implicado en alguna conspiración para desestabilizar al Gobierno venezolano o causar daño a alguien en Venezuela”, dijo un portavoz del Departamento de Estado. Así respondió la fuente a Maduro, quien ayer acusó a la embajada de EEUU de haber “financiado y dirigido todos los hechos de violencia” en Venezuela, y lo señaló como “el enemigo histórico de la patria”.
ACUSACIONES MUTUAS POR LA VIOLENCIA
La crispación, la tensión y las acusaciones mutuas se han apoderado de Venezuela apenas 48 horas después de los resultados electorales del domingo, en los que ganó el líder chavista, Nicolás Maduro, por un estrecho margen sobre el opositor Henrique Capriles. Al menos siete muertos y más de 60 heridos es el saldo de incidentes registrados en la noche del lunes que el Gobierno atribuye a la oposición y que Capriles ha rechazado imputándoselas a la Administración de Maduro, presidente electo, mientras la temperatura del país aumenta en medio de una crisis política. Maduro atacó hoy sin contemplaciones a Capriles llamándole “cobarde asesino”, responsabilizándole de las muertes por haber llamado “a la violencia a la calle” y asegurando que el líder opositor se las verá con la justicia “más temprano que tarde”.
Por su parte, Capriles aseguró que el presidente electo quiere “meter al país en una situación de violencia” para hablar de eso y no del recuento voto a voto que reclama tras la victoria de Maduro con 272,000 votos de ventaja, según el último recuento del Consejo Nacional Electoral (CNE). La fiscal general, Luisa Ortega, informó ayer que las muertes, todas de supuestos chavistas que celebraban la proclamación ayer de Maduro, se produjeron como consecuencia de disparos de presuntos opositores en vehículos, y afirmó que hay 137 detenidos. Además, indicó que las protestas de opositores dejaron sedes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) quemadas, vehículos incendiados y destrozos en establecimientos públicos y privados. Maduro aseguró que lo que ha sucedido era “crónica de un golpe anunciado”. “Yo puedo decir hoy hemos derrotado el golpe de Estado, pero ellos van a continuar intentando.
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