La República Dominicana a lo largo de su historia ha enfrentado problemas económicos, políticos y sociales muy difíciles.
En los últimos años los diferentes gobiernos se han preocupado únicamente por la solidez de la macroeconomía en la Republica Dominicana manteniendo la microeconomía en bajo perfil, sólo se han beneficiado lo que disfrutan del poderío económico. La bonanza económica y del progreso que se habla no se refleja en la esfera más baja de la población.
Dicha situación produce una gran desigualdad económica y social, trayendo como consecuencia que todos los miembros de la familia se integren al trabajo para poder paliar esta situación que incluye de manera significativa a los niños y niñas y adolescentes a incorporarse en actividades no actas para su edad.
Según la Internacional de la Educación (IE) se entiende por trabajo infantil: "cualquier trabajo que sea nocivo para el normal desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social del niño, o que entorpezca su educación e instrucción´´.
El trabajo Infantil es uno de los factores que induce a tener una juventud fuera de la escuela. Su incorporación al trabajo influye de manera negativa en la enseñanza- aprendizaje, ya sea para ayudar a sus padres o para suplir necesidades personales del niño(a). Además de los daños físicos y psicológicos que produce, se exponen a la inclemencia del tiempo; insecticidas, toxinas de los vehículos, peleas callejera, a las tentaciones del dinero fácil y en un gran porcentaje al consumo y tráficos de estupefacientes
De acuerdo a pestalozzi´, ´´el niño(a) es como una esponja que absorbe todo lo que está a su alrededor, por lo que el niño(a) nacen bueno, es la sociedad que lo transforma´´.
Esa transformación es responsabilidad del estado y la familia, por ende de la sociedad. El niño(a) en vez de estar en las calles o trabajando, deben estar en la escuela, donde se le supla sus necesidades y desarrollen sus habilidades y destrezas. Pero para lograrlo hay que volcar todos los recursos que sean necesarios en la implementación de programas, planes y estrategias que vayan a fortalecer su educación, de esta manera poder lograr la permanencia de ellos en las aulas, desarrollando así sus competencias intelectuales, competitivas, acorde con los nuevos tiempos.
Sólo así vamos a eliminar el trabajo infantil, la deserción escolar, la repitencia y por ende el analfabetismo. Con estas acciones, donde se involucren todos los sectores, podemos aspirar a un futuro más próspero y asegurar un bienestar promisorio y de esta manera combatir la marginalidad y la exclusión social.
La Educación es el sol de los pueblos y nuestros niños(as) son la esperanza de toda sociedad.
Al conmemorarse el 16 de abril el día Internacional de la no esclavitud Infantil.
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