Los diversos y acelerados cambios del mundo moderno, vinculados a los retos y desafíos de la era del conocimiento demandan de los gestores del sistema educativo, ejecutar políticas que faciliten el abordaje del nuevo contexto social, político y económico que se debe enfrentar.
La exigencia de formar personas capaces de insertarse en esa dinámica social está a la luz del día, pero se requiere de docentes con los conocimientos, formación cultural y humana que estén en condiciones de ser mediadores de aprendizajes para que esto ocurra.
La sociedad de hoy está demandando de un profesional de la educación con las competencias intelectuales, capacidad pedagógica, metodológicas y afectivas para enseñar un cumulo considerable de información de manera dinámica y creativa.
Para el Dr. Gonzalo Morales Gómez, en su trabajo perfil del Maestro(a) en el siglo XXI (2009) plantea que la educación como Arte y como ciencia demanda de vocación, inspiración, innovación, saber, discernimiento y aprendizaje. Asumiendo que el profesional de la educación es un guía y mediador de aprendizajes significativos, debe ser el espejo donde estén reflejadas esas cualidades.
De igual manera el autor más arriba citado plantea que el Maestro(a) debe tener las siguientes condiciones: formador, orientador(a), consejero(a), modelo, pensador(a), innovador(a), integrador, líder.
El Maestro(a) poseedor de estas condiciones se convierte en facilitador idóneo capaz de enseñar en cualquier contexto social al que nos conduzca la era planetaria, convirtiéndose al mismo tiempo en un ser con las condiciones de transformarse a sí mismo, revolucionar la práctica docente y por vía de consecuencia el sistema educativo.
En lo referente al desarrollo profesional el Dr. Gonzalo Morales de la universidad de Barcelona – España, también plantea que debe tener: Formación ética y espiritual, formación humana, formación científica, tecnológica e investigativa, formación permanente, formación prospectiva, creatividad, comunicación, flexibilidad, proyecto de vida.
Estas consideraciones evidencian que debe ser una persona acrisolada, equipada con todos los fundamentos éticos, científicos y humanísticos, que lo hagan apto para guiar por el sendero del conocimiento y el bien común a los niños(a) y jóvenes de hoy.
En el informe a la UNESCO de la comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI, presidida por JACQUES DELORS, La educación encierra un tesoro, en la página 161, se plantea “El aporte de maestro y profesores es esencial para preparar a los jóvenes, no solo para que aborden el porvenir con confianza, sino para ellos mismos lo edifiquen de manera resuelta y responsable”
En esa línea, los buenos maestros(as) son aquellos enseñan a pensar a sus alumnos(as) para producir cambios sociales y educativos. Ya no se puede vivir sin tomar en cuenta los desafíos del futuro, Sin tomar decisiones aunque las mismas representen Incertidumbres y riesgos. Es necesario que el futuro se aborde también desde la escuela como entidad llamada a formar las presentes y futuras generaciones.
El autor: Es educador.

2:38 p. m.
Valerio Mateo Rosario


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