Por FELIX BETANCES
Desde hace un buen tiempo, hemos venido expresando nuestro punto de vista con relación al Partido Revolucionario Dominicano, ante la situación que éste ha vivido en los últimos años, a causa principalmente de la incomprensión por parte de sus principales líderes, pero también por el afán de supremacía que en ellos anida, cosa que no les permite entender cual es la realidad política que se vive hoy en la República Dominicana y en el mundo en sentido general.
La situación por la que atraviesa esa organización política en los actuales momentos, no deja espacio para entender que se dirige hacia la extinción y a que precio para sus seguidores y sentando a la vez, un mal precedente para el pueblo dominicano.
Existe un virtual estado de guerra en esa organización lo cual es inevitable, a juzgar por las palabras de sus principales representantes. A decir de ellos, irán a una convocatoria de muerte.
Pero una guerra en contra de quien o en contra de quienes?
El enemigo a quien debía ir a las calles a buscar, entiéndase el PLD, en estos momentos, ha dejado de ser importante para el PRD ya que se trata de un Partido que está ejerciendo el poder y que está dedicado a realizar un gobierno dicho sea de paso, con muchas diferencias respecto a todos los que le han antecedido.
Irán a las calles a buscar, no a sus adversarios de otros partidos sino a sus propios compañeros, entre los cuales han estado o están sus propios amigos y relacionados, cegados por la maledicencia de unos llamados líderes que hace tiempo con sus actitudes, perdieron la decencia y el honor y que después de todo, al menos los que queden vivos, lamentarán en lo más profundo de sus Almas, el no haber asimilado las buenas enseñanzas y el no haber sabido despojarse del orgullo y de la insensatez.
Es bueno que sepan los perredeístas que el P. R.D. hace tiempo que debió ir a las calles, pero a buscar consejos, orientaciones, enseñanzas que les permitan asumir con inteligencia y responsabilidad su compromiso frente a la Nación, ya que han olvidado o menospreciado el alto valor de las luchas que otrora librara dicha organización, las cuales le han escrito una brillante e imborrable historia.
Deben ir a las calles sus líderes, a pedir perdón cara a cara a los cientos de miles de seguidores, a los cuales han ofendido con tanta prepotencia e incomprensión, a quienes además han defraudado cuando han ocupado cargos públicos, unos menospreciándolos y otros haciéndose millonarios con los recursos del pueblo, burlándose así del favor de los votos por ellos depositados, en diferentes circunstancias.
Los perredeístas hoy, lucen como un cascaron vacío, carentes de credibilidad y de inteligencia, por eso como no tienen esencia política ni moral, han servido de eco o resonancia a todo cuanto ha dicho el ex presidente Leonel Fernández al igual que otros lideres políticos.
Deben salir a las calles a dialogar con esa parte importante del pueblo que todavía tienen, pero que dentro de poco perderán, ante las in conductas de su desgraciado manejo, a preguntarles que se debe hacer, y cómo pueden recomponer esa fuerza política a fin de asumir su papel de defensor del pueblo, ante las ejecutorias de un gobierno que se maneja al libre albedrío y sin temor a nada ni a nadie.
En artículos anteriores expresamos, que ellos estaban viendo la solución de sus apetencias personales hacia el 2016, pero que podrían estar quizás, a más del 2030.
También dijimos que lo mejor que podría ocurrir de todo esto, fuera el nacimiento de una nueva fuerza política, cosa que hoy está siendo planteada por algunos y que si esto ocurriese, que no le pongan las siglas P.R., para que no nazca azarada.
Que vayan a las calles a pedir perdón y a tratar de salvar el equilibrio de la democracia en nuestro País, que jamás se debería perder. A nada más…
Y las autoridades que poseemos conocedores de cual es su papel en cuanto a la preservación del orden y la Paz ciudadana, deberán estar preparadas para prevenir y evitar los anunciados males a la ciudadanía, cueste lo que cueste. Que quede claro.
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