12 jul 2012

Rafael Emilio Reyes Pineda responde a Teodulo Mercedes (Plinio)

12/07/2012.  


De Rafael Emilio Reyes Pineda.

Señor Teòdulo Mercedes (Plinio):

Usted exhibe un interés denodado por alcanzar notoriedad, y para lograr lo que por mérito propio no ha podido, recurre a la mentira, apoyándose en el recurso que le ofrece su fallida memoria.

En las páginas del prestigioso portal “Identidad Sanjuanera”, de fecha 06 de junio del corriente año, ha publicado un infamante pasquín con el perverso propósito de empañar mi imagen y mi moral.

Se muestra dolido porque se me hace un reconocimiento que usted nunca ha recibido. Mismos que he recibido en la Republica China de Taiwán, en Chile, Puerto Rico, Cuba, Canadá, Uruguay y otros lugares donde he llevado mis opiniones sobre la cultura dominicana, sobre Juan Bosch, Pedro Mir, Juan Pablo Duarte, Manuel del Cabral, Francisco del Rosario Sánchez, las Hermanas Mirabal, Juan Nepomuceno Concepción y José María Cabral, poniendo siempre en alto el legado cultural de San Juan de la Maguana.

Su escrito “El moderno movimiento social en San Juan”, no es más que un pávido pretexto para lanzar dardos ponzoñosos en contra de mi persona.

Ya me habían advertido que en una de sus escasas visitas a San Juan, aprovechó una tertulia de compueblanos para detractarme, lanzar dardos y ensañarse en contra de quien, si ha tenido una acción negativa en su vida, ha sido haberle brindado amistad a Usted, quien acaba de confirmar no haber sido merecedor, ni de la mía, ni la de otros que menciona.

Me dijeron: “No le hagas caso, no le responda, su cerebro está corroído por el alcohol”;
pero he sido, soy y seré hasta la última gota de sangre, un hombre leal a mi país, a los compañeros y a los que, a pesar de los años transcurridos y a las distancias físicas que nos separan, siguen siendo mis amigos. Por esto, conciente de que no puedo callar, salgo al frente de su canallada.


Las demás personas que cita, los vivos y los que ya murieron, son entrañables para mí, pero en un plano diferente al suyo, que en reuniones privadas lanza veneno contra ellas.

Con su infamia, acaba de ponerle fin a casi cincuenta años de amistad, compañerismo y afinidades.


Miente concientemente y apegado al deseo de presentarse como figura cimera del movimiento revolucionario se autoproclama “testigo de excepción de esas jornadas históricas...”
Quiere que lo reconozcan y narra unos hechos confusos que solo conoce usted.

Parecía que el escrito citado era para analizar el libro “Cautivo de mi verdad”, publicado el 06 de julio por Braulio Torres, pero en ningún momento se refiere a esa obra y solo destaca sus “heroicas” acciones pasadas

Usted y yo cultivamos cercana amistad y compañerismo militante, ambos estuvimos en la boleta del Partido Comunista Dominicano, tras la legalización de esta fuerza política, en las elecciones del 1978, sin embargo, presenta su escrito simulando no conocerme.
Asuma por un momento el decoro que perdió hace años, y diga por este mismo medio a quién dañé y en qué momento asumí la vergonzosa afiliación que me atribuye.

Yo lo emplazo, señor Mercedes, a que le diga a la opinión publica, a mis hijos, al pueblo sanjuanero, a mis amigos, a mis ex camaradas, a mis hermanos y a mi familia toda, a mis relacionados y a la Republica Dominicana, cuales fueron esas iniquidades que yo cometí “por el empuje del hambre y la miseria a la que fue sometido (Sic)…”, acusaciones que me hace por su pérdida de memoria, por su cobardía, y probablemente por el rencor que, desde que no pude complacer su solicitud de obtener una beca para que su hijo estudiara en Taiwán, ha acumulado contra mí.

Agradezco a quienes, desde Europa, San Juan de la Maguana y los Estados Unidos, se han comunicado conmigo para expresarme solidaridad, especialmente a Emilio Valdez y Milton Pérez; gracias a esos compañeros.

Atentamente,

Rafael Emilio Reyes Pineda.

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