El Gobierno de Bosch: 50 Años Después

Por; Félix Diní Saldaña.

En su dilatado tránsito hacia la consolidación de un estado de derecho, donde impere la justicia social y el respeto a las libertades individuales de sus ciudadanos, a la República Dominicana le ha tocado vivir episodios en los cuales sectores rancios y antidemocráticos han tratado de desconocer este derecho del pueblo dominicano.

Un día como hoy, 25 de septiembre del año 1963, se produjo un evento en el cual fuerzas irracionales se unieron para deponer al primer gobierno democrático después de 31 años de tiranía trujillista, este gobierno que había nacido de las entrañas del pueblo en las elecciones libres del 20 de diciembre de 1962, estaba encabezado por el profesor Juan Bosch Gaviño, presidente y Segundo Armando González Tamayo, vicepresidente.

La génesis de ese golpe de estado que tronchó un ejercicio democrático realizado por el pueblo dominicano, estuvo en la no aceptación por parte de una rancia oligarquía dominicana, de las nuevas libertades y reivindicaciones sociales que les eran concedidas a la clase humilde y trabajadora del país, una oligarquía que había sido prohijada de todo tipo de consideraciones y privilegios por parte de los Trujillo, otro sector que se unió a la lastimosa conspiración fue el de una cúpula militar corrupta, politizada, acostumbrada a todas formas de abusos y atropellos asía el pueblo, incapaz de comprender los aires de libertad que se respiraba en el país en aquellos tiempos.

La iglesia católica fue otro sector que desde el pulpito y su llamadas marchas y mítines ¨de reafirmación de la fe cristiana¨, accionaba para instigar e indisponer de manera lamentable, al pueblo dominicano en contra del gobierno encabezado por Bosch, al que acusaban de comunista. Los Estados Unidos y los agentes del imperio que operaban en el país, preocupados por el éxito de la revolución cubana liderada por Fidel Castro, y la posible expansión del comunismo en el Caribe y América terminaron por reconocer el gobierno ilegal del triunvirato instaurado por los golpistas.

Es indudable que el espíritu democrático del profesor Juan Bosch, lo llevó a entender que las estructuras sociales, económicas y políticas de la República Dominicana se habían anquilosado producto de 31 años de dictadura, que los cambios que debían producirse en estas estructuras tenían que tener una base jurídica, por lo que el 29 de abril, con solo dos meses en el poder Bosch, promulga la constitución del 63, como popularmente se le conoce, que junto a la de 1858 promulgada en el gobierno de José Desiderio Valverde, son los textos más democráticos con los que ha contado el país.

La constitución del 1963, era un texto avanzado para la sociedad dominicana de aquel tiempo, planteaba reformas profundas en la conducción del estado fundamentadas en un ejercicio del poder y de las actuaciones en la vida pública en un proceder ético y justo; su artículo 5 condenaba abiertamente la corrupción, el 15 establecía la libertad sindical, el 23 regulaba la tenencia de la tierra y condenaba el latifundio. La nueva constitución en su artículo 37 garantizaba la liberta de enseñanza, en el 49 se establecía la igualdad entre los hijos legítimos e ilegítimos o naturales, el 123 prohibía la reelección presidencial, es claro que la intención con estas reformas entre otras más que se planteaban, era la de convertir a la República Dominicana en un estado moderno, democrático, donde imperara la justicia social y el bien común.

Hoy 50 años después, de aquel noble intento del profesor Bosch, de ayudar al pueblo dominicano en la construcción de un verdadero estado de derecho, pienso de manera particular que se ha avanzado en el sentido del fortalecimiento de las instituciones del estado, pero que aún quedan tareas pendientes para la clase política gobernante, creo que podría comenzarse por trabajar en el sentido de que haya una distribución más equitativa de la riqueza, enfrentar la corrupción administrativa en todas su manifestaciones, establecer reglas claras para el ejercicio de la actividad política desde los partidos políticos, Estas serian algunas acciones que realmente reivindicarían el insigne ensayo y memoria del profesor Juan Bosch, 50 años después.