30 jul 2011

Con 16 años de edad cumplirá 31 en la cárcel.

30/07/2011.

12:50 PM.

NUEVA YORK._ A los 31 años de edad, se suponía que el adolescente hispano Steven Mercado (16) sería un profesional consolidado, casado, con hijos y un ejemplo de la sociedad. Pero su joven vida se descarrió a tal punto que ya el juez no le quiere ver más la cara por más de una década. Arrestado en tres ocasiones en los últimos dos meses por narcotráfico (crack) y robo, el muchacho tendrá que celebrar su cumpleaños 31 tras les rejas.

Mercado será sentenciado a 15 años de prisión por sus travesuras delincuenciales, mientras su tía y tutora legal Debbie Earhart, dice que se lo merece porque tiene que aprender la lección. Ella se negó a pagar una fianza de $3.000 dólares, señalando que es la mejor forma de que el adolescente se mantenga fuera de las calles, donde podría ser asesinado.

La mujer tiene la esperanza de que en la cárcel, el sobrino termine sus estudios escolares, luego de que los abandonara para dedicarse a los delitos señalados en las calles de El Bronx, donde reside. “El tiene que estar en un programa porque necesita terapia, sufre de trastornos de hiperactividad y déficit de atención, además de problemas de conducta”, agrega la tía.

La tutora denunció que Steven la llamó muy asustado, diciéndole que quería ser cambiado de celda, luego que pandilleros de Los Trinitarios, lo amenazaron con estrangularlo por no hablar español. Hoy viernes, el adolescente estará de regreso en la corte, donde su abogado de oficio, pedirá al juez que reduzca los 10 cargos graves y seis menores que pesan en su contra.

Sus padres lo han estado visitando esporádicamente en la reclusión y su tía, cree a que eso se debe la rebeldía del sobrino. No pasó todas sus clases el año pasado y tendrá que repetir el noveno grado para poder entrar a la secundaria. Faltó 37 días y llegó tarde 46 veces al aula.

Fue arrestado por primera vez el 11 de mayo, cerca de la escuela pública 54, siendo acusado de vender frente al plantel bolsas de crack a un agente encubierto de narcóticos de El Bronx. Fue liberado bajo su propia responsabilidad después de ser acusado por cargos de posesión criminal y venta de sustancia controlada (droga).

El 28 de junio, fue nuevamente detenido junto a su cómplice Marcus Quattlebaum de 17 años de edad y David Elías, cuando el trío le robó el iPod a un hombre cerca de la escuela secundaria 45.

Steven también le arrebató dos cadenas de oro del cuello a la víctima. El 29 de junio fue llevado ante el juez interino William Mogulesco de la Corte Suprema del Estado, quien le advirtió que en la cárcel se lo comerían vivo y que su madre estaba cansada de verlo preso.

Lo soltó bajo custodia, advirtiéndole que si volvía a verlo en el tribunal, lo pondría por muchos años en la cárcel. Luego de esa decisión, su tía intentó inscribirlo en un programa para ex presidiarios juveniles, pero Steven no hizo caso a la advertencia del magistrado y mucho menos respetó los esfuerzos de su tutora.

Una semana más tarde, el 6 de julio, participó en otro robo de un iPod contra un hombre al que junto a otros cuatro cómplices, golpeó y pateó en las costillas. Tomó el aparato, lo metió en su mochila y se dio a la fuga junto a los otros.

Su tía visiblemente frustrada sostiene que su sobrino tiene que pagar por sus delitos, aunque reitera que necesita ayuda. El juez se la dará sacándole de las calles a las que podría regresar, siendo un hombre maduro.

Casado, con hijos y un ejemplo de la sociedad. Pero su joven vida se descarrió a tal punto que ya el juez no le quiere ver más la cara por más de una década.

Arrestado en tres ocasiones en los últimos dos meses por narcotráfico (crack) y robo, el muchacho tendrá que celebrar su cumpleaños 31 tras les rejas.

Mercado será sentenciado a 15 años de prisión por sus travesuras delincuenciales, mientras su tía y tutora legal Debbie Earhart, dice que se lo merece porque tiene que aprender la lección. Ella se negó a pagar una fianza de $3.000 dólares, señalando que es la mejor forma de que el adolescente se mantenga fuera de las calles, donde podría ser asesinado.

La mujer tiene la esperanza de que en la cárcel, el sobrino termine sus estudios escolares, luego de que los abandonara para dedicarse a los delitos señalados en las calles de El Bronx, donde reside. “El tiene que estar en un programa porque necesita terapia, sufre de trastornos de hiperactividad y déficit de atención, además de problemas de conducta”, agrega la tía.

La tutora denunció que Steven la llamó muy asustado, diciéndole que quería ser cambiado de celda, luego que pandilleros de Los

Trinitarios, lo amenazaron con estrangularlo por no hablar español. Hoy viernes, el adolescente estará de regreso en la corte, donde su abogado de oficio, pedirá al juez que reduzca los 10 cargos graves y seis menores que pesan en su contra.

Sus padres lo han estado visitando esporádicamente en la reclusión y su tía, cree a que eso se debe la rebeldía del sobrino. No pasó todas sus clases el año pasado y tendrá que repetir el noveno grado para poder entrar a la secundaria. Faltó 37 días y llegó tarde 46 veces al aula.

Fue arrestado por primera vez el 11 de mayo, cerca de la escuela pública 54, siendo acusado de vender frente al plantel bolsas de crack a un agente encubierto de narcóticos de El Bronx. Fue liberado bajo su propia responsabilidad después de ser acusado por cargos de posesión criminal y venta de sustancia controlada (droga).

El 28 de junio, fue nuevamente detenido junto a su cómplice Marcus Quattlebaum de 17 años de edad y David Elías, cuando el trío le robó el iPod a un hombre cerca de la escuela secundaria 45.

Steven también le arrebató dos cadenas de oro del cuello a la víctima. El 29 de junio fue llevado ante el juez interino William Mogulesco de la Corte Suprema del Estado, quien le advirtió que en la cárcel se lo comerían vivo y que su madre estaba cansada de verlo preso.

Lo soltó bajo custodia, advirtiéndole que si volvía a verlo en el tribunal, lo pondría por muchos años en la cárcel. Luego de esa decisión, su tía intentó inscribirlo en un programa para ex presidiarios juveniles, pero Steven no hizo caso a la advertencia del magistrado y mucho menos respetó los esfuerzos de su tutora.

Una semana más tarde, el 6 de julio, participó en otro robo de un iPod contra un hombre al que junto a otros cuatro cómplices, golpeó y pateó en las costillas. Tomó el aparato, lo metió en su mochila y se dio a la fuga junto a los otros.

Su tía visiblemente frustrada sostiene que su sobrino tiene que pagar por sus delitos, aunque reitera que necesita ayuda. El juez se la dará sacándole de las calles a las que podría regresar, siendo un hombre maduro.

0 HAGA SU COMENTARIO:

Publicar un comentario