4 nov 2013

Una injusticia en contra de la Iglesia Católica

Por; Pedro Antonio Mateo Ibert.*

Queridos amigos, hoy no les voy a hablar de asuntos jurídicos, más bien quiero salir en defensa de los católicos, que de unos meses para acá vienen siendo atacados, todo porque unos cuantos curas y el nuncio apostólico de su Santidad en el país decidieron delinquiera estando dentro de la iglesia.

Desde hace algunos años se ha venido denunciando que hay muchos sacerdotes de la Iglesia Católica que se dedican a usar su sotana para cometer fechorías, sobre todo violaciones y agresiones sexuales contra niños, niñas y adolescentes.

La verdad que esta es una situación que preocupa porque mina la credibilidad de una institución milenaria que hasta hace poco era la más creíble de la República Dominicana, según las encuestas que se hicieron en ese momento.

Pero creo que se es injusto cuando se acusa a toda la Iglesia Católica de estar permeada por los vicios de algunos sacerdotes que no respetan la dignidad de la gente que les confía sus hijos para que vayan a la iglesia a escuchar la palabra de Dios y a aprender a vivir una vida sin traumas y a alimentarse espiritualmente.

Digo que se es injusto, porque no toda la iglesia está dañada. Hay mucha gente buena en la Iglesia Católica y en todas las iglesias, aún sean éstas protestantes o de cualquier denominación.

Porque un sacerdote haya fallado o porque el Nuncio Apostólico de su Santidad el Papa Francisco en la República Dominicana Joseph Wessolowski, que es lo mismo que decir el Embajador de la Santa Sede, haya fallado, no se puede acusar a toda la Iglesia Católica de fallarle a la sociedad.

A veces la gente olvida que no son las instituciones las que hacen a la personas. La formación de cada quien es un asunto personal, algo que se lleva donde quiera que uno vaya y que no se adquiere en ninguna institución, sino en el entorno familiar y amistoso.

Entonces, es bueno reconocer que esos curas que han fallado y que han cometido actos delictivos iban a fallar como quiera. Si hubiesen sido médicos, serían médicos delincuentes, si hubiesen sido abogados, serían abogados delincuentes. Si hubiesen sido ingenieros serían delincuentes, lo mismo que si hubiesen sido periodistas, también habrían sido delincuentes.

¿Por qué digo lo anterior?, porque todo aquel que es sacerdote y es un delincuente, no fue que se hizo delincuente en la iglesia Católica, se trata de un delincuente que se me metió a la iglesia para ser sacerdote.

El médico que es delincuente, es un delincuente que se metió a médico. El periodista que es delincuente, es un delincuente que se metió a periodista; el abogado que es delincuente, es un delincuente que se metió a abogado, y así sucesivamente.

Digo lo anterior, porque las instituciones no hacen delincuentes. El que delinque dentro de una institución, es porque su vocación era delinquir sin importar que pertenezca o no a la misma, como es el caso de la iglesia Católica.

En estos meses anteriores cuando se airearon públicamente las andanzas del Nuncio Apostólico o Embajador de la Santa Sede en República Dominicana, se habla de las fallas de la iglesia Católica. Y de lo que debe hablarse es de las fallas de esas personas que le han quedado mal a la Iglesia Católica como institución y a la sociedad que le dio toda su confianza.

Conozco muchos sacerdotes serios y honestos. Por ejemplo, ¿quién se atrevería a poner en dudas la honestidad de Monseñor José Dolores Grullón Estrella Obispo de la Diósecis de San Juan de la Maguana?, pero también conozco mucha gente deshonesta que no son sacerdotes. Entonces, esos que son deshonestos y que no son sacerdotes ni Nuncios o Embajadores ¿Por qué son deshonestos, o mejor dicho, por qué son delincuentes?

Son deshonestos o delincuentes porque eligieron ese camino, no porque ninguna institución se lo enseñó.

Por dos o tres personas que delincan dentro de la misma, no podemos llamar delincuentes a todos los que integran la Iglesia Católica Apostólica y Romana, porque entonces le estaríamos diciendo delincuentes a un grupo de hombres y mujeres que creen en ella y que la utilizan como vía para acercarse a Dios, como mi madre por ejemplo, y más seria que esa, yo le aseguro a ustedes que hay que mandarla a hacer.

Hasta una próxima oportunidad, si Dios quiere.

El autor es abogado y periodista, con Especialidad en Derecho Penal y Procesal Penal y Maestría en Derecho Constitucional. Actualmente se desempeña como Procurador General Titular de la Corte de Apelación del Departamento Judicial de San Juan de la Maguana.

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NOTIREDSANJUAN dijo...

Excelente articulo mi hno y amigo, creo que es el articulo mas claro con relación este tema , pues ni aun en los círculos de la fe se ha trabajado el tema tan claro como usted. lo trabajo aquí. Felicidades.

NOTIREDSANJUAN dijo...

Excelente articulo mi hno y amigo, creo que es el articulo mas claro con relación este tema , pues ni aun en los círculos de la fe se ha trabajado el tema tan claro como usted. lo trabajo aquí. Felicidades.

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